Noticia02/12/2021

Técnicos de Cáritas analizan en Jaén los retos ante la realidad de las personas temporeras en España

Representantes de Lleida, Almería, La Rioja, Huelva, Murcia, Ciudad Real y Jaén participan en el VII Encuentro Confederal de Personas Temporeras y Asentamientos de Cáritas Española.

Análisis de la realidad y determinación de retos en el acompañamiento a personas temporeras. Una veintena de técnicos participa, entre hoy y mañana, en el VII Encuentro Confederal de Personas Temporeras y Asentamientos de Cáritas Española. Además de Jaén, proceden de Lleida, Almería, La Rioja, Huelva, Murcia y Ciudad Real, así como de Servicios Generales de Cáritas Española. El director de Cáritas Diocesana de Jaén, Rafael Ramos, inauguró el encuentro y deseó que sea un espacio de trabajo fructífero, que permita reflexionar sobre cómo mejorar la atención a las personas temporeras que son acompañadas desde los diferentes equipos de Cáritas.

Fruto de la puesta en común del análisis realizado desde las distintas Cáritas, el trabajo del grupo ha identificado diferentes dificultades que perfilan la situación actual. Entre ellas, los problemas derivados del acceso a la vivienda y alojamiento como una dificultad generalizada. Se apunta la necesidad de avanzar en el compromiso de los empresarios con estas realidades. Se ve con preocupación la detección de actitudes con tintes xenófobos, por lo que se apuesta por reforzar la sensibilización de la sociedad. Se identifica como un ámbito de intervención el acompañamiento ante las consecuencias mentales que puedan derivarse al enfrentarse a realidades tan complejas de desarraigo. Otros problemas vinculados al temporerismo identificados en este foro de Cáritas son las suplantaciones de identidad y la acción de mafias para la intermediación laboral. 

Como desafíos, se han señalado la visibilización de las personas temporeras, apostando por un cambio de mirada, dejando a un lado el asistencialismo y yendo más allá en la atención de otras necesidades.  Se incide en el reto de abordar la realidad específica de las mujeres temporeras y de los jóvenes extranjeros extutelados. Se considera crucial impulsar acciones que faciliten el acceso a la vivienda y el chabolismo, la materialización de experiencias de intermediación laboral, la coordinación con otras entidades y administraciones, con una política social más amplia e integrada. 

Red de albergues de Jaén
El encuentro ha contado con la intervención del jefe de servicio de Acción e Inserción Social de la Delegación Territorial de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación de la Junta de Andalucía, Manuel Álvarez. Explicó a los técnicos la evolución de la red de albergues en la provincia de Jaén desde que, a finales de la década de los 80, comenzó a detectarse el fenómeno migratorio vinculado a la recolección de la aceituna en la provincia de Jaén. Defendió los avances experimentados, que llevaron, el año de mayor cobertura, a contar con 24 albergues repartidos por el territorio jiennense. Según explicó, para esta campaña, se cuenta con 15 albergues y un total de 522 plazas. Manuel Álvarez valoró, como una de las principales fortalezas, la coordinación entre las administraciones públicas y colectivos del tercer sector. Con respecto a los retos, dejó constancia de la necesidad de seguir avanzando en el equilibrio entre el cumplimiento de la normativa de acreditación para dar calidad en la atención y flexibilidad. Otro aspecto que calificó como importante es seguir avanzando en la sensibilización de la sociedad, pero no vinculada de manera exclusiva al periodo de recolección de la aceituna, sino que como una tarea que debería materializarse durante todo el año.

En el encuentro se ha constatado la situación desigual ante la presencia de migrantes en las diferentes campañas. Así, frente al descenso del número de personas temporeras en algunas de las campañas, como actualmente en Jaén, o las vividas en La Rioja y Lleida, en Ciudad Real y en Huelva la situación es la contraria. En el caso de la campaña de la aceituna en Jaén, entre los motivos apuntados para este descenso, se barajan la menor asistencia de magrebíes que, debido al cierre de fronteras, no se han podido trasladar desde Marruecos; la pujanza de otros nichos de empleo para las personas inmigrantes, como es el caso del sector de la construcción, o la mala experiencia vivida en años anteriores ante las dificultades para encontrar cobijo. Frente a esto, se ha constatado la necesidad de mano de obra por parte los empresarios y se ha calificado como muy necesaria la aportación que realizan los migrantes para la recolección.