Tiende tu mano… a los enfermos
El Secretariado de Pastoral de la Salud invita a realizar este miércoles una oración junto con las personas que sufren alguna enfermedad.
MONICIÓN INICIAL
El próximo domingo 15 de noviembre celebramos la Jornada Mundial de los pobres.
Desde el Secretariado de pastoral de la salud queremos unirnos con la oración a todas las personas que por edad o enfermedad o cualquier otra limitación están en casa sin posibilidad de normalizar su vida, y muy especialmente rezamos hoy por los enfermos del Covid que tanto daño está haciendo al nuestro mundo.
Señor. acoge nuestra súplica y danos tu paz.
Resumimos la carta escrita por el Papa Francisco con motivo de la IV Jornada Mundial de los Pobres
“Tiende tu mano al pobre” (cf. Si 7,32)
Hoy resuenan estas palabras con todo su significado para ayudarnos también a nosotros a poner nuestra mirada en lo esencial y a superar las barreras de la indiferencia.
Jesús, el Señor, nos reveló estar presente en sus hermanos más débiles (cf. Mt 25,40).
Sirácida, buscaba la sabiduría que hace a los hombres mejores, debemos pedirle a Dios el don de la sabiduría y hay que confiar en Él:
«Endereza tu corazón, mantente firme y no te angusties en tiempo de adversidad. Pégate a él y no te separes, para que al final seas enaltecido. Todo lo que te sobrevenga, acéptalo, y sé paciente en la adversidad y en la humillación. Porque en el fuego se prueba el oro, y los que agradan a Dios en el horno de la humillación. En las enfermedades y en la pobreza pon tu confianza en él. Confía en él y él te ayudará, endereza tus caminos y espera en Dios.”
La oración a Dios y la solidaridad con los pobres y los que sufren son inseparables. Para celebrar un culto que sea agradable al Señor, es necesario reconocer que toda persona, incluso la más indigente y despreciada, lleva impresa en sí la imagen de Dios.
La generosidad que sostiene al débil, consuela al afligido, alivia los sufrimientos, devuelve la dignidad a los privados de ella, es una condición para una vida plenamente humana.
Se trata de comprometer concretamente la vida, movidos por la caridad divina.
El encuentro con una persona nos interroga. ¿Cómo podemos ayudarla en su pobreza espiritual? La comunidad cristiana está llamada a involucrarse en esta experiencia de compartir, tender la mano hace descubrir, en primer lugar, a quien lo hace, que dentro de nosotros existe la capacidad de realizar gestos que dan sentido a la vida.
Tender la mano es un signo: un signo que recuerda inmediatamente la proximidad, la solidaridad, el amor. En estos meses, ¡cuántas manos tendidas hemos podido ver! La mano tendida del médico que se preocupa por cada paciente tratando de encontrar el remedio adecuado. La mano tendida de la enfermera y del enfermero que, mucho más allá de sus horas de trabajo, permanecen para cuidar a los enfermos.
Uno no improvisa instrumentos de misericordia.
Es necesario un entrenamiento cotidiano, que proceda de la conciencia de lo mucho que necesitamos.
Encerrados en el silencio de nuestros hogares, redescubrimos la importancia de la sencillez y de mantener la mirada fija en lo esencial.
Hemos madurado la exigencia de una nueva fraternidad, capaz de ayuda recíproca y estima mutua.
“Tiende la mano al pobre” es, por lo tanto, una invitación a la responsabilidad y un compromiso directo de todos aquellos que se sienten parte del mismo destino. Es una llamada a llevar las cargas de los más débiles, como recuerda san Pablo: «Mediante el amor, poneos al servicio los unos de los otros.”
El Apóstol enseña que la libertad que nos ha sido dada con la muerte y la resurrección de Jesucristo es para cada uno de nosotros una responsabilidad para ponernos al servicio de los demás, especialmente de los más débiles.
Sigue diciendo el autor sagrado: «No dejes de visitar al enfermo» (7,35).
Hemos experimentado la imposibilidad de estar cerca de los que sufren, y al mismo tiempo hemos tomado conciencia de la fragilidad de nuestra existencia. En resumen, la Palabra de Dios nunca nos deja tranquilos y continúa estimulándonos al bien.
DIÁLOGO
¿Qué es lo que más me ha tocado el corazón de la carta del papa Francisco ?
¿Nos sentimos cada uno en nuestro en nuestra vida trabajadores de Dios que tienden las manos al necesitado?
Compromiso de vida para este año
Elevamos nuestras súplicas al Padre
1. Señor Jesucristo que nos has revelado en la atención al necesitado tu misericordia y tu amor, haz que continuemos nosotros cada día tu acción misericordiosa. Escucha a tu pueblo Señor.
2. Señor Jesucristo, Tú eres el médico de nuestras almas, haz que nunca falte en tu Iglesia hermanos que nos ayuden a llevar una vida santa. Escucha a tu pueblo Señor.
3. Señor Jesucristo que nos enseñas en la paciencia y el amor, haz que tengamos respeto al hermano, a su dolor y a su vida. Escucha a tu pueblo Señor.
4. Señor Jesucristo, que resplandeces en tu Iglesia haz que los que nos cuidan resplandezcan en la alegría. Escucha a tu pueblo Señor.
5. Señor Jesucristo, Tú que das la vida eterna a tus ovejas para que nadie las arrebate de tu mano, salva a los difuntos por quienes entregaste tu vida. Escucha a tu pueblo Señor.
Llenos de fe, invoquemos al Padre común repitiendo la oración que Jesús nos enseñó. Padre Nuestro…
Oración:
Conserva Señor en nosotros el espíritu de caridad y compasión para que nos renovemos sin cesar a imagen de Cristo que se acercaba al que sufría en su alma y en su cuerpo. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén